lunes, 29 de abril de 2024

100 Anécdotas celestes (7)

Anécdotas celestes

Un lugar dedicado a la memoria

 

15 - Historias al pasar

 

Por Jorge Croce  (Aqui Temperley)

 

Sábado 22 de abril de 1967. El "Teatro de Turdera" -le robamos por adelantado el título al "Gordo" García- el escenario. Octava fecha de la zona preliminar "B" del Campeonato de Primera División "B", en la primera prueba de la reestructuración implementada por el Interventor de la Asociación del Fútbol Argentino, Valentín Suárez: dos zonas, la "A" con 10 equipos, y la "B", con 11, de donde los dos primeros jugarían la reclasificación de Primera Divisón "A" con los tres últimos de las dos zonas de la categoría superior, para determinar ascensos y descensos, y los tres últimos de cada grupo de la "B" con los dos primeros de cada zona de la "C" para determinar el futuro. ¿Los que quedaban en el medio? A vegetar en un híbrido y desabrido Torneo Promocional, cuyo ganador podía acceder a la Reclasificación de Primera "A" al año siguiente, si no caía entre los tres últimos. Temperley, de opaca tarea, recibía a Central Córdoba, en una jornada nublada, húmeda y con atisbos de lluvia. Arbitro del partido, un personaje de la época: Salvador Brittánico. Baja estatura, pasos cortos, fino bigote, grueso abdomen, peinado siempre aplastado, gestos ampulosos porque a las acciones las contralaba a distancia ¿habrá sido un adelantado del "siga, siga"? Y como comienzo, algo que era tradicional en las últimas temporadas: una buena reprimenda a Alejo Escos, porque el juego del endiablado entreala derecho local se volvía proclive a infracciones, roces y alguna teatralización, y por supuesto no sea que las tribunas protesten por alguna de esas jugadas. Ya en juego, justamente infracción al citado cuando Temperley -era el primer tiempo- atacaba hacia el arco de la entonces tribuna chica. Brittánico se acerca lentamente al lugar tras marcar la dirección de la jugada. "Manija" Escos no puede con su genio. Mientras le señala donde es el sitio exacto de la falta, avanza sin apuro con el balón en su poder. Cuando enfrenta al árbitro, le tira un caño y nuevamente le consulta el lugar preciso. Brittánico tras un instante de duda esboza una sonrisa y le dá la mano al jugador mientras se lleva el silbato a la boca. Otra vez Alejo pudo con él. ¡Ah!. Le agregamos Témperley ganó 6 a 2 con goles de Oscar Pizarro, Osvaldo Canadell, dos de Norberto Valentukonis, Francisco "Pancho" Escos y Raúl Alberto Alomar, zaguero central derecho de los "Charrúas" en contra. Los dos goles visitantes fueron de Juan Carlos "Cabezón" Piris, 15 años después jugador del "Cele". El técnico era Angel Natalio "Chupete" Allegri y la formación esa tarde: Alberto Omar De Udaeta (capitán); Eduardo Rivero, Ricardo Cobo, Roberto Paz y Raúl Tomasini; Alejo Escos, Edgar Manuel Giordano y Oscar Pizarro; Osvaldo Canadell, Francisco Escos y Norberto Valentukonis. Arquero Suplente: Carlos Codevilla. La única modificación era el arquero en caso de lesión. Los bancos de suplentes y los cambios recién se implementaron en agosto de 1968.

 

                   Canadell, Alejo, Pancho, Pizarro y Valentukonis

 

16 - Arbitros

 

           Fue una tarde soleada de agosto en el Beranger. Temperley acababa de perder en uno de esos partidos en donde a los nuestros no les sale una, como suelen tenernos acostumbrados cada tanto. Esta vez, el árbitro y sus colaboradores habían pasado desapercibidos, como corresponde a un correcto arbitraje. Me había puesto de acuerdo con unos amigos para ir a jugar al “papi-fútbol” una vez que el partido finalizara. La cancha quedaba a un par de cuadras del estadio. Llegué temprano y me puse a charlar con el dueño, mientras esperaba a los otros muchachos. En eso se acerca una persona de saco, camisa y pantalones de vestir. Pregunta por algo de comer.

 

_ “Les puedo ofrecer una picada, tengo cerveza”.

_ “¡Sí, perfecto!”

 

La terna arbitral que venía de dirigir en el Beranger, los cuatro (el referí, los jueces de línea y el cuarto árbitro) sentados alrededor de una mesa, disfrutando de un “tentenpié”, casi en silencio y sin hablar del partido. Me sorprendió la escena. Ver esa otra cara de personas a las que les llueven nuestras críticas casi en forma contínua. Brindaron por otra tarde de sol.   

 

 

17 - El reconocimiento de un rival

 

“Soy sabalero y recuerdo en 1975 que jugaron Colón y Temperley en nuestra cancha, en Santa Fe. Lo que sería la barra brava de Colón, comenzó a agredir con cánticos a los visitantes, antes del inicio del partido. Beto Pecorari -jefe de esa barra, hoy fallecido- se paró junto al alambrado y gritó: ‘¡Muchachos, no! ¡Son amigos! Cuando vamos a su cancha hasta nos dan de comer’. Ahí la barra local enfiló sus cánticos en otra dirección. Ganó Colón, pero cuando la hinchada de Temperley se retiraba, la sabalera la despidió con un fuerte aplauso”.

Ricardo Veglia (comentario publicado el 5 de enero de 2013 en el blog de Historia de Temperley).

 


18 - Mariano Biondi

 

           Pepo Siemens era profesor de Educación Física y había organizado un campeonato de fútbol entre los alumnos de distintas escuelas. Entre ellos se destacaba un pibe morocho, de baja estatura y callado, que jugaba descalzo. Después de convencerlo del peligro de tal decisión, fue incluido en uno de los equipos. Sobresalió de tal forma que Pepo -hincha de Banfield- habló con Lencho Sola, el histórico dirigente del Taladro para concertar una prueba para el pibe.

 

_ “Mirá que este pibe es bueno”

 

Y le dio los datos por escrito.

 

Lencho  guardó el papelito en el bolsillo del saco.

 

Terminó el torneo, al igual que las clases y en la reanudación del ciclo escolar, el profesor de Educación Física le preguntó al pibe como le había ido con la prueba.

 

_ “¡Bien Profe! Estoy jugando en Temperley!”

 

_ “¡¿Cómo en Temperley?!”  “¡¿Lencho, qué hiciste?!”

 

Así fue como Mariano Biondi llegó al Celeste y se convirtió en ídolo.

 

                                        Mariano Pepe Biondi


sábado, 13 de abril de 2024

El Beranger cumplió 100 años

 

13 de Abril de 1924

13 de abril de 2024

100 años del Estadio “Alfredo Martín Beranger”, la casa de los hinchas de Temperley.

 



La inauguración de la cancha

 

         El 13 de abril de 1924 se inauguró el campo de juego del Club Atlético Temperley, en un partido frente a Sportivo Dock Sud, correspondiente a la primera fecha del campeonato superior de la Asociación Argentina de Foot - Ball, en el mismo predio donde hoy está emplazado.

 

         Siete meses después de la cesión de los terrenos en los que hoy se encuentra el estadio, comenzaron los trabajos para instalar las canchas de fútbol, tenis, basquetbol y bochas. Asimismo, se obtuvo un préstamo de 1500 pesos, otorgado por la Asociación Argentina de Foot - Ball.    

 

         En la entrada a la cancha, sobre la calle 9 de Julio, se colocó un alambrado al que se cubría con una lona durante los partidos. La casilla -antigua denominación del vestuario- estaba en lo que hoy es el palco de plateas y tenía la particularidad de contar con un compartimiento reservado para el árbitro. ¡Todo un lujo para la época!.

 

         El campo de juego estaba circundado por otro alambrado de tres hilos, sostenidos, a su vez, por postes de un metro de altura, aproximadamente. Por aquel tiempo era habitual la presencia de algunas damas durante los partidos. Como no había tribunas, se colocaban bancos al costado de la cancha para mayor comodidad de las espectadoras. En ocasión de un partido amistoso contra San Telmo, hubo que suspender el encuentro después de que un pelotazo dejase sin conocimiento a una señora.

 

         Detrás del espacio que hoy ocupa la tribuna lateral visitante, se levantaba una frondosa arboleda, que servía de división natural entre la cancha y una casa, conocida como “la quinta de Emanuelle”, propiedad que luego perteneció al Dr. Enrique Muschet, médico psiquiatra.

 

         Desde la inauguración de su cancha, Temperley se mantuvo invicto durante 26 partidos oficiales en los cuales el equipo obtuvo 20 triunfos y 6 empates. El 22 de agosto de 1926 perdió contra Boca Juniors por 3 a 1. Treinta días antes, el Club Temperley se desafilió de la Asociación Argentina de Foot - Ball, por lo tanto, el partido no fue computado para ese campeonato.

 

El partido con Dock Sud

 

          Temperley le ganó a Dock Sud, como se dijo, el primer partido jugado en su actual cancha, por 1 a 0.

 

          “La Nación” publicó la siguiente crónica: “El juego desarrollado no interesó mayormente al público, que al cuarto de hora de juego sólo esperaba que una jugada individual alterara el score. Y esta impresión la causó especialmente la ausencia de combinaciones. En el primer half-time se produjo una sóla jugada digna de mención: avanzaron los visitantes y Durruty, único hombre local que podía intervenir en el juego, erró el shot, avanzando entonces De los Santos sin dificultad, y shoteó la pelota cuando se hallaba a una distancia no mayor de cinco metros, y aquella pasó rozando el travesaño, cuando el goal era inevitable.

          En el segundo half-time el juego adquirió cierta movilidad y los locales ejercieron un leve dominio sobre sus adversarios. A los 18’ Zaccaro tocó la pelota con la mano dentro del área peligrosa y Fernández, quien se encargó de la ejecución de la pena, envió la pelota a ras del suelo, consiguiendo batir a Montelli. 5’ después Sande cometió la misma infracción, ejecutándola nuevamente Fernández, aunque sin resultado esta vez, ya que Montelli detuvo el tiro”. 

 

          En 1926 comenzó la construcción de gradas y tribunas en la cabecera de 9 de Julio y Dorrego. La comisión directiva del club designó a Juan A. Müller, Enrique Gilardoni, Arturo Cordero, Alberto Strianese, Pascual Roncoroni y Ricardo Sala para fiscalizar las obras (16). El año siguiente fueron habilitadas esas primeras gradas, que tenían una capacidad para 1.200 personas y, un año después, se instaló el primer alambrado olímpico cuya altura era de tres metros.

          Enrique Gilardoni, Alfonso Bastín y Domingo Paglia fueron algunos de los dirigentes que por entonces ocuparon el cargo de intendente del campo de juego. Braulio Bermejo, sin embargo, fue quien ejerció más prolongadamente esa responsabilidad.

 

La síntesis

TEMPERLEY 1 SP. DOCK SUD 0

Temperley formó con: Gregorio Muñóz; Carlos Marolla y Héctor Durruty; Angel Perri, Ernesto Sosa y Alejandro Laurenzano; Alfredo Salvetti, Clementino Pedro Fernández, Pablo Nervi, Santiago Piazzo y Juan Nelusco Perinetti.

Dock Sud alistó a: J.Montelli; A.Sande y V.Zaccaro; C.Lynch, S.Power y J.Paramidani; D.Alvarez, A.Paolinetti, A. de los Santos, N.Moro y R. de Petri.

Gol convertido a los 63’ por Clementino Pedro Fernández mediante la ejecución de un penal.

A los 68’ Montelli le atajó un penal a Fernández.

Arbitro : Humberto Scarone.

 

Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri

Departamento Histórico Club Temperley y Museo Celeste.

jueves, 11 de abril de 2024

Ernesto Sosa, un símbolo del viejo Centenario F.C.



Ernesto Sosa nació en Morón el 10 de noviembre de 1903 y durante doce temporadas consecutivas fue el motor de Temperley que, instalado en la media cancha, generó uno de los ciclos más brillantes en la historia celeste.  


          En 1920 llegó a la tercera división de Centenario, desempeñándose en el puesto de centrohalf. Después de eliminar a Sportivo Dock Sud en semifinales, Centenario pasó a la final de la Copa Competencia (de 3era. división) en la que fue derrotado por Huracán. Ernesto Sosa, junto a su hermano Fernando, tomaron parte en esas contiendas.


         Al año siguiente comenzó a alternar en primera como half derecho, al tiempo que continuaba como titular en la cuarta división. En esa categoría obtuvo el título de campeón de la Copa Competencia. Integraron el equipo de Temperley Gabrielli; Mazzanti y Bordoli; Gallardón, Ernesto Sosa y De la Peña; Cervellón, Gagliardo, Tittonell, Smith y Herminio Salvetti. Fue el primer título obtenido por la institución en un campeonato oficial.  


1921: la cuarta campeona, en Turdera.
Ernesto Sosa es el sexto desde la izquierda.

 

         Este logro le permitió en 1922 conseguir la titularidad en el primer equipo. La campaña de Temperley fue extraordinaria. Ganó los 14 partidos disputados, adjudicándose la Zona Sur y conquistando el ascenso a la Primera División de la Asociación Argentina de Foot-Ball.
El equipo formaba habitualmente así: Angelotti; Perri y Otín; Scardini, E.Sosa y Di Lorenzo; Juan N. Perinetti, Cunningham, Santambroggio, Pedro Fernández y Natalio Perinetti.

         En 1923 contrajo matrimonio con Estela Magdalena Lespada y un año después nació Estela Concepcion Sosa, la mayor de sus dos hijas, que fue la mascota del equipo ya que la llevaba seguido a los entrenamientos.  


 Temperley 1924. Cuando fue subcampeón detrás de Boca Jrs.
Parados: Perri, Ernesto Sosa, Marolla, Crisanto López,
Durruty y Laurenzano. Hincados: Salvetti, Perduca, 
Pedro Fernández, Piazzo y Juan Perinetti.



         El 25 de mayo de 1925 Alejandro Laurenzano, Crisanto López, Pedro Fernández y Ernesto Sosa jugaron para el combinado de la Asociación Argentina de Foot - Ball y enfrentaron al Combinado de la Liga Rosarina por la Copa Reyna. Ganó el cuadro rosarino por 1 a 0.

         Fue titular indiscutido y referente en todos los equipos de Temperley que integró. Su último partido con la celeste lo jugó el 21 de agosto de 1932 frente a Estudiantes de Buenos Aires. Empataron 1 a 1 y Temperley alistó a Bazet; Ugarte y Pacenza; Donadi, Sosa y Del Tiempo; Sacarello, Lozada, Perduca, Bottero y D’Abatte.



         Ernesto Sosa jugó en Temperley más de 200 partidos y convirtió 9 goles en las 12 temporadas en las que defendió la casaca celeste.




 

         Cuando dejó el fútbol trabajó en la zapateria de un tío materno y en la época de la depresión instaló, junto con 3 amigos, un comercio del ramo, pero como era de calzado fino no prosperó ya que hasta la gente de buen poder adquisitivo trataba de no gastar. Luego de esa experiencia siempre trabajo en el comercio.

Mónica Mazzadi, su nieta, así lo recuerda: “Era una persona muy sociable, un gran ser humano. Soy su nieta mayor, cuando nací él tenia 48 años, era muy joven, mi hermano Eduardo y yo somos los únicos nietos: Muchas veces, paseando con mi abuelo, las personas creían que éramos los hijos. Siempre se conservó delgado, casi no tenía canas, de un aspecto muy joven, igual que su espíritu. El único vicio maldito que tenía era el cigarillo. Le habían dicho que no podía fumar y lo hacía a escondidas. Fue una gran persona y un abuelo divino. Llevaba la camiseta en el corazón. Pagaban centavos para poder jugar, era el derecho para entrar al campo de juego y lucharon a brazo partido para hacer la cancha”.

Mónica es la esposa de Daniel Onega, figura de nuestro fútbol que desplegó su habilidad y sus goles en River Plate, Racing Club, en la Selección Nacional y en España.




Daniel Onega y Temperley
          Con motivo de los festejos por las Bodas de Oro de nuestro club, el primer equipo de Temperley y la reserva de River Plate jugaron un partido amistoso, el 22 de diciembre de 1962, que ganaron los visitantes 7 a 3.

Temperley: De Udaeta (Fiorio); López y A.Romero; Bonavena (Ayude), Ginarte y Civrán (Fortún); Minitti, Calabró (Villarreal), Borella, Villegas y Tarabini.

River Plate : Medrano (Jorge Cordero); Stauskas (Gómez) y Grispo (González); Barberis (Doval), Isella (Parenti) e Iriart (Gigli); Villagarcía (Domínguez), M.Zarich (Alberti), Zárate, Lettieri (Daniel Onega) y Jorge Alberto Diz (Arrigó).

Goles : 5’ y 34’ Zárate (RP). 8’ Villagarcía (RP). 12’ Tarabini (T). 15’ Zarich (RP). 29’ Isella (RP). 32’ Jorge A. Diz (RP). 33’ y 74’ Borella (T). 42’ Lettieri (RP).

Juez : J.Alvarez                 Recaudación : 10.850 pesos 

Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri 

 



sábado, 6 de abril de 2024

Idolos celestes: Feliciano Perduca

    
 
 

 
 

          En “Historia del Fútbol Argentino” -Editorial Eiffel, 1955- se publicó la siguiente semblanza acerca de Feliciano Perduca: “Jugador que singularizó la picardía del fútbol auténticamente criollo. El recordado “Gaucho Corvina” fue uno de los mejores insiders izquierdos que anduvo realizando diabluras por las canchas argentinas. Iniciado en Temperley, donde mostró la calidad de su juego brillante, pasó a Racing que, deslumbrado por sus condiciones, lo ubicó en su línea de ágiles donde por entonces jugaban Perinetti y Ochoa. Brillante en la gambeta, seguro y exacto en el pase y con vocación para el gol, llegó de inmediato a la cumbre del estrellato y fue convocado para integrar la selección nacional que libró la final olímpica con los uruguayos en Amsterdam. Entonces paseó su señorío de crack indiscutido formando ala con Orsi y al lado de Nolo Ferreira, el célebre “piloto olímpico”, con Carricaberry y Tarasconi en el costado derecho. Una de sus características principales, además de su típica boina clarita, era el remate al arco casi acostado en el suelo y shoteando de “cuchara”. En esa posición su envío era justo y de gran eficacia”.

 

          Perduca se había iniciado en la cuarta división de Centenario en 1916 donde jugó hasta 1922, año en el que pasó al equipo de igual categoría del Club Atlético Independiente. Fue campeón de la Copa Competencia -en la cuarta liga- jugando para los rojos, además de convertirse en el goleador del certamen con 32 goles.

 

          Regresó a Temperley y debutó en la primera división el 22 de abril de 1923, ante Platense, en un partido jugado en Turdera y que el equipo celeste ganó por 3 a 2. Posicionado en la punta derecha del ataque, integró la línea junto a Pedro Fernández, Gainzarain, Santiago Piazzo y Juan Perinetti.

 

          Fue reincorporado por Independiente y jugó en primera división 17 partidos -entre octubre de 1923 y junio del año siguiente- marcándole un gol a Platense y otro a River Plate.

 

 

 Perduca y la selección nacional

 

          Para el seleccionado argentino jugó siete partidos y convirtió un gol. El jueves 9 de julio de 1925 debutó vistiendo la casaca nacional ante Paraguay en la cancha de Boca Juniors. El partido terminó 1 a 1. Volvió a integrar el Combinado de la Asociación Argentina de Foot - Ball que enfrentó a los paraguayos, por la Copa Chevallier Boutell, en dos partidos jugados los dias 29 de mayo y 3 de junio de 1926. El periódico “La Vanguardia” así comentó su participación en el primero de ellos:  “...combinó bien con su wing e inició buenas cargas, pero le faltó serenidad frente a la valla”. Inició la jugada del primer gol y después se perdió otro con el arco libre. Los dos partidos finalizaron con triunfos para la Argentina por 2 a 1. Pocos dias después integró el combinado de la Asociación Argentina para enfrentar a Real Deportivo Español en dos partidos :

 

27 de junio de 1926

Combinado Asociación Argentina 1 Real Deportivo Español 1

 

Argentina : Argento Arzeni (Sportsman); Felipe Cherro (Sportivo Barracas) y J.F.Pratto (Huracán); P.Bartolucci (Huracán), E.Semino (Sp. Bcas.) y A.Moreyra (Arg. de Banfield); A.Loizo (Huracán), F.Perduca (Temperley), Guillermo Stábile (Huracán), P.Licciardi (Sp. Bcas.) y C.Onzari (Huracán).

Suplentes : J.Montelli (Dock Sud), A.Baninelli (Arg. de Quilmes), A.Lucena (Sportsman), P.Fernández (Temperley), A.Gastaldi y J.Célico (Sp. Bcas.) y S.Clérici (Arg. de Banfield).

R.D.Español : R.Zamora; J.Quesada y J.J.Urquizu; M.Trabal, J.Esparza y C.Caicedo;T.Mauri, M.Cubells, J.Oramas, J.Padrón y J.Yurrita.

Goles :  5’ F.Cherro-penal- (AA). 25’ Cubells (RDE).

Juez : Luis Celleri        

Recaudación : 36.672 pesos                           

Cancha : Boca Juniors

Preliminar : Estudiantil Argentino 3 Def. de Santos Lugares 1 (semifinal de 2da. div.)

 

Comentario de La Vanguardia: “...Perduca y Loizo constituyeron lo mejor del ataque, sin embargo el primero de ellos se apresuró en el remate final...”. A los 20’ Zamora le contuvo a Perduca un remate enviado desde corta distancia, en la única jugada peligrosa generada por el combinado, además del penal. El mismo se produjo por “hands” del jugador Urquizu ante un tiro de Perduca.

 

 

9 de julio de 1926

Combinado Asociación Argentina 2 Real Deportivo Español 2

 

Argentina : A.Tesorieri (Boca Jrs.); L.Bidoglio y R.Mutis (Boca Jrs.); S.Médici (Boca Jrs.), Mario Fortunato (Boca Jrs.) y Andrés Moreyra (Arg. de Banfield); Domingo Tarasconi, Roberto Cherro, M.Bissio (Boca Jrs.), F.Perduca (Temperley) y Cesáreo Onzari (Huracán).

R.D.Español: R.Zamora; F.Quesada y J.Urquizu; R.Trabal, D.Esparza y P.Caicedo; Ventrola, J.Oramas, T.Mauri, J.Padrón y M.Yurrita.

Goles : 38’ Perduca -de cabeza- (AA). 50’ Cherro (AA). 61’ Mauri (RDE). 71’ Padrón (RDE).

Juez : Jerónimo Repossi

Recaudación : 43.800 pesos (tribuna oficial 3 pesos; popular 1 peso)

Cancha : Sportivo Barracas

 

          Perduca convirtió el primer gol del partido mediante un golpe de cabeza, tras un centro de Domingo Tarasconi que dejó sin chance al famoso arquero Ricardo Zamora. Asimismo, volvió a constituirse en una de las figuras de la cancha. El partido finalizó seis minutos antes del tiempo reglamentario debido a la invasión de varios espectadores al campo de juego.

 

El gol al "Divino" Zamora, tapa de El Gráfico


Perduca, olímpico

 

          Pero el mayor reconocimiento internacional a la capacidad de Feliciano Perduca se registró cuando fue convocado para integrar el seleccionado argentino que intervino en los Juegos Olímpicos de 1928, celebrados en Amsterdam, Holanda.

 

          Integraban el plantel, entre otros, valores de la talla de Roberto Cherro, Angel Bosio, Nolo Ferreira, Raimundo Orsi, Luis Monti, Domingo Tarasconi, Alfredo Carricaberry y Pedro Ochoa.

 

          En los partidos clasificatorios el insider izquierdo titular fue Cherro. Al imponerse a Bélgica por 6 a 2, la Argentina se clasificó finalista, pero debió lamentar la lesión en una rodilla de Cherro, que lo excluyó definitivamente del magno torneo.

 

          El match final lo disputaron la Argentina y Uruguay y terminó igualado en un gol; en esa ocasión Gainzarain reemplazó a Cherro.

 

          Tres días después se disputó el cotejo de desempate, en el que Perduca sustituyó a Gainzarain. En reñida lucha, Uruguay se clasificó campeón olímpico al imponerse a la Argentina por 2 a 1.

 


          Tras su paso por la primera división de Racing Club, durante 1928 y 1929, volvió a su primer amor, el celeste de Temperley, en 1930. Ese año salió campeón con el equipo de intermedia. Disputó un solo partido como futbolista profesional en toda su carrera alistado en las filas de Talleres, de Remedios de Escalada, ante River Plate el 15 de mayo de 1932. El 19 de noviembre del mismo año jugó su partido Nº 100, vistiendo la casaca celeste, ante Defensores de Belgrano. Fue el último de su carrera.

 

Sus apodos

           Le decían “Gallo” porque le gustaba “gallear” ante los rivales copando paradas bravas.

 

          El apodo “Gaucho Corvina” se le atribuyó a “Ochoita”, el gran insider de Racing, y aludía a su inclinación por la pesca como pasatiempo.

         

          Una elocuente anécdota refleja su enorme cariño por los colores de Temperley: cuando no podía pagar la cuota social del club, pedía personalmente ser excluído del equipo ya que no se consideraba con derecho a integrarlo, a pesar de ser uno de sus jugadores más brillantes.

 
 
 
Perduca y Pedro Fernández

 
 
 VERSOS A FELICIANO PERDUCA

Entusiasta cual ninguno
Jugador de shot potente,
que defiende tenazmente
los colores de su club.

Es sin duda un insider
de muy buenas condiciones
y que en muchas ocasiones
nos demuestra su valer.

          Gallito!
te grita la purretada
cuando sigue entusiasmada
las proezas de tu shot.

          Gallito!
te alientan las pebetas
admirando tus gambetas
y tu aire conquistador.

La celeste camiseta
del club Temperley, coloso,
tú defiendes orgulloso
y con celo sin igual.

Y te ha valido, muchacho,
por tu entusiasmo y destreza,
por tu juego y tu nobleza
fueras internacional.

          Gallito!
va diciendo la pelota
cuando con fuerza rebota 
en contrario jugador.

          Gallito!
te alienta la muchachada,
pebetas y purretada
cuando señalas un gol.


Carlos O. Brazzini
(música de "Se fue Mateo")
Diario La Unión, 11 de julio de 1926