"Las historias solo suceden a quienes son capaces de contarlas" Paul Auster.
Anécdotas celestes, un espacio dedicado a la memoria.
La flor del
Tano Rizzo
Francisco Rizzo tuvo una
larga trayectoria en Temperley, que comenzó en 1924 y se prolongó hasta 1937.
Jugó un total de 217 partidos como integrante de la línea media y zaguero
central. Ambos puestos requerían de hombres recios, que impusiesen el rigor
desde la primera jugada.
El Tano Rizzo tenía por
costumbre llevar un clavel en la boca durante el partido. Así aparece retratado
en una foto de la época, tal vez para suavizar su imagen de duro, o por una
simple humorada, que, desgraciadamente, una vez terminó saliéndole muy cara.
Corría el año 1930 cuando
Temperley y Nueva Chicago se jugaban el ascenso a Primera. El partido estaba
dos a cero a favor del club de Mataderos. Los celestes se habían situado
plenamente en la ofensiva tratando de vencer a la inexpugnable valla rival. En
un contraataque, uno de los delanteros de Chicago emprendió una veloz carrera
hacia el arco celeste que estaba custodiado por Chichina Isola. Rizzo
era el defensor más cercano al delantero. En el preciso momento en que los dos
jugadores se enfrentaban para disputarse la pelota, al defensor celeste se le
cayó el clavel que llevaba entre los labios. En lugar de seguir la jugada,
Rizzo se agachó para recoger la flor, mientras que el jugador rival aprovechó
la desatención y se escapó solito, enfrentó al arquero y convirtió el gol.
Pasaron los años y el
grupo de amigos de Rizzo, que se reunía en el club con frecuencia a recordar
viejas épocas, le decía socarronamente: “¿Tano, te acordás de la flor?”.
Francisco Rizzo
Cacho De Buono
Oscar De Buono era un defensor proveniente de Tigre.
Jugó cuatro partidos en la primera celeste
durante el Campeonato de Primera B de 1969. Pertenecía a la Policía y le
gustaba asustar al utilero del equipo colocando su arma reglamentaria sobre la
ventanita del vestuario por donde los jugadores retiraban la indumentaria.
Flores, el bombardero celeste
Heriberto Flores ocupa
el tercer lugar en la tabla de goleadores celestes de todos los tiempos. Dueño
de un remate potentísimo, gran parte de sus 92 goles los convirtió de tiro
libre. Uno de ellos se lo hizo al arquero Patrignani en cancha de Defensores de
Belgrano. Lo fusiló desde la media cancha. El 28 de junio de 1947 le convirtió
un gol de tiro libre a Milone, arquero de Ferro, a los 30’ del segundo tiempo. Lo
metió dentro del arco con pelota y todo. Para Ferro jugaba Agnolín -el máximo goleador de Temperley- en el centro
del ataque, .
|
Heriberto Flores |
Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri
Departamento Histórico del Club Temperley y Museo Celeste.