Arturo Cordero, socio fundador Nº 4 y durante años, el socio Nº 1 de Temperley. Esta entrevista fue publicada por Panorama Celeste hace más de 40 años.
1912 - 1 de enero - 1981
Recordando con Arturo R. Cordero
Enero de 1912. Para ser exactos, el 1º (y aquí que se peleen los biógrafos “in situ” de la institución).
Por moción del socio Tagliani -en una Asamblea realizada en el viejo Colegio Arias- se designan los cinco socios fundadores del Centenario Football Club, Salvador Muller, Domingo Paglia, Félix Paglia, Antonio Scardini y Arturo R. Cordero.
Casi 70 años después que ese puñadito de hombres decidiera su existencia, perdura la idea y el sentimiento que le diera vida.
Tagliani -Carlos, Alejandro y Leonardo-, Juan Muller. Nombres que para los mayores son rostros vistos hasta ayer nomás, compañeros de lucha. Para los jóvenes son algo lejano y perdido en un tiempo en que las reuniones de Comisión Directiva se hacían en la sobremesa familiar de los dirigentes o en la vieja Escuela Nº 3 de la calle Dorrego, cedida por su directora -María Luisa Latorre Paterson-, la que los llamaba cariñosamente “esos muchachos locos”. Muchachos a los que hoy recordamos con respeto y afecto, como un ejemplo y guía.
Ellos quisieron ver grande a nuestro Club. Que trascendiera. Creemos estar en el camino correcto, con la lucha y el trabajo de aquellos y muchos más, que en etapas sucesivas, a lo largo de todos estos años, fueron marcando hitos en la historia de la institución, que es también la historia del pueblo de Temperley.
Quien mejor para recordarlo que Don Arturo Cordero, con sus declarados ochenta y pico hermosamente emotivos y sensibles. Socio Fundador Nº 5. Socio vitalicio Nº 1. Me recibe con un señorío y una atención de otros tiempos.
Se aviene a conversar con Panorama Celeste, haciendo la salvedad que su único mérito es el de haber sobrevivido a los demás e insistiendo en permanecer en el anonimato. Lo siento Don Arturo, no puedo complacerlo. Usted es, en este momento, la historia viva de Temperley.
El relato se desgrana en anécdotas aisladas. La muerte de Beranger al regreso de aquel partido victorioso con Alvear, jugado en la cancha de Villa Turdera. Algo que todavía lo conmueve. Me cuenta cómo fue unánime la reacción para trabajar con más ganas en memoria del amigo, que se agigantó en la muerte y revivió en el espíritu de sus compañeros.
Recuerda: En 1900 las tierras sobre 9 de Julio entre Dorrego y Brandsen eran ocupadas por un horno de ladrillos. En 1910 un grupo de gente que se reune para jugar al fútbol:
“Centenario se presenta
Con el fuego que alimenta
La llama de su valor”
1921. Se arriendan los terrenos del ferrocarril, de lo que será en el futuro, sede social y fútbol. Se adquieren definitivamente en 1930.
“Somos pocos pero unidos
Y donde quiera que vamos
Los once nos presentamos
Logrando siempre vencer”.
1938. Se comienza la construcción de la sede social. Se inaugura la pileta. Juan Balbo y Pedro Labourdette son figuras importantes en la concreción de esta actividad social y deportiva.
1942. Comienza la construcción de la tribunas de hormigón del Estadio Alfredo Beranger. Será inaugurado en 1944.
1948. Gracias al aporte de Vicente Longhi y el trabajo constante de Juan Calcagno, se crea la Biblioteca.
1957. Se ilumina la cancha de fútbol y se inauguran las plateas.
1964. Se concluyen las obras del gimnasio con el resultado de dos canchas de basquet y vestuarios anexos.
“Si alguno quiere vencernos
Pisoteando nuestra valla
Deberá tener agallas
De mentado jugador”.
Estas estrofas -como las anteriores- cuenta Cordero, sacudían a la entonces aldea de Temperley al final de cada partido local o a la vuelta de los de visitante. Le pido nombres y teme ser injusto, olvidarse de alguien… Sciandra, Barbieri, Lazzatti, Ricardo Salas.
Sentíamos al Club como algo propio. Luchamos y sufrimos mucho. Pero yo pienso que ayer como hoy, lo importante es tener una línea honesta, desinteresada, sin partidismos y así trabajar por el Club”.
Se emociona contando los bailes de la época. “Fletábamos los tranvías que iban de Temperley a Turdera, los llenábamos de banderitas y campanillas y allá íbamos con el tranvía repleto al Teatro Colón de Turdera”.
Mari Vidal
NdR: según la nota Temperley contaba con 16.000 socios.