jueves, 9 de mayo de 2024

100 anécdotas celestes (8)

Un espacio dedicado a la memoria

“Las historias sólo suceden a quienes son capaces de contarlas” 

(Paul Auster)

 

19 - “¡Largala Morfón!”

 

          Feliciano Perduca, veterano insider internacional, siempre se caracterizó por su gran dominio de pelota. En ese aspecto fue un artista, un virtuoso del fútbol. Tal característica hacía que, por lo común, le costara desprenderse del balón sin antes "gambetear" de ser posible hasta el poste. En el último partido jugado hacía unos días, uno de los insider demoró demasiado el pase con intención de eludir a un contrario; una voz desde el alambre gritó : "¡Largála morfón!". Nos dimos vuelta, muy de acuerdo con el disconforme, con la intención de aprobar su opinión y no salimos de nuestro asombro; ¡el gritón era Perduca!.  Revista Empuje (1945)

 

                                            El "Gallo" Perduca

 

20 - El “Cholo” Simeone

“En enero de 2006, lo encaré al Cholo Simeone y le di mi tarjeta con la esperanza de que quisiera dirigir a Temperley. Su primera reacción fue ‘cagárseme’ de risa, pero luego me dijo que nunca se sabía que podía pasar. El Cele estaba en la B Metropolitana en ese entonces. Cuando volví a Temperley, les conté a todos. Al poco tiempo, dejó de jugar en Racing y asumió como entrenador. Perdió seis partidos seguidos. De ahí fue que cuando llegaba al Club, me ‘gastaban’ todos diciéndome ‘¡qué buen ojo tenés pibe’! Algo hizo bien después".  

Eduardo Gustavo Rodríguez (socio y dirigente). 

 

                                                Diego Simeone

(Foto: TyC Sports)

 

21 - La tragedia de Lezama

        Rolando Medl debutó en la primera de Temperley a los 14 años como segundo marcador central. Sin embargo, siguió jugando en tercera división. Soñaba con una nueva oportunidad para integrar el equipo junto a los profesionales. A principios del año 1970 parecía que por fin llegaba su oportunidad. Manolo Frago lo había convocado para entrenarse con el plantel profesional y eso le daba la posibilidad de ser tenido en cuenta para un partido a jugarse en Mar del Plata.

        Se trataba, nada menos, que del preliminar de un clásico entre Boca y Racing; ¡Y además televisado!. Era un viaje a Mar del Plata, por supuesto iría sentado bien adelante en el ómnibus, cerca de los conductores como a él le gustaba. Significaba, además, estar al lado de esos jugadores a los cuales alentaba desde la tribuna hasta no mucho tiempo atrás: Vitulano, Ballejos, Alejo. ¿Qué más podía pedir a los 15 años?

        Pero ocurrió que Roberto Niedzielski se había reintegrado a los entrenamientos un día antes del viaje. Al concluir la última práctica, en Temperley, el entrenador Frago llamó a Medl aparte y le dijo: “Mirá pibe, no vas a viajar. La prioridad la tienen los profesionales. Otra vez será”. Con estas palabras el director técnico le bajó el telón al sueño veraniego del precoz futbolista.

        De regreso a su hogar, cabizbajo, el consuelo de su madre alivió en parte la tristeza de haber quedado afuera de un acontecimiento esperado con la ansiedad propia de un chiquilín. A la mañana siguiente, Medl retomó su rutina laboral en el negocio familiar. Abrió el local y encendió la radio como todos los días. La noticia de la tragedia en la Ruta 2 lo dejó petrificado. No podía creer en su suerte.

        El infortunado Niedzielsky estaba entre los heridos y, pocos días después, se le debió amputar una pierna.

        Hoy, Rolando Medl viaja mucho, por negocios y por turismo ha recorrido la Argentina y el mundo entero. Cuando algún vuelo se demora o se cancela y el viaje no sale tal cual lo programó, no se preocupa. Tal vez sea el destino que vuelve a hacerle un guiño, piensa.   

         

                                              Rolando Medl

 

22 - Llegó carta de Tete

        Juan Carlos Carrera, Tete para los amigos, fue transferido a Racing Club donde se destacó en las temporadas de 1945 y 1946. Goleador de buen promedio de efectividad, fuera de la cancha demostraba tener un sentido del humor ocurrente y espontáneo.

        Luego de su paso por Racing y por otros clubes de primera división, siguió su trayectoria deportiva en México, país desde donde les escribía a “los amigos de la barra” quienes en Temperley, esperaban noticias de sus andanzas en la tierra de los aztecas.

        Durante unas vacaciones en el mar escribió, “Queridos amigos: desde estas hermosas playas les mando estas líneas...”, la carta seguía con veinte trazos horizontales y finalizaba, “cariños, Tete”.   (Alberto Azón)

 

Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri.

Departamento Histórico del Club Temperley 

y Museo Celeste. 

 

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