martes, 29 de marzo de 2011

Alfredo Beranger

Hoy se cumplen 88 años de la desaparición de Alfredo Martín Beranger, el presidente emblema del Club Atlético Temperley. Que su ejemplo ilumine el camino de nuestra entidad.






El caballero ejemplar


El deportista íntegro


El compañero leal


El inovidable presidente





          “El 29 de marzo a las 21:30 hs. murió asesinado Alfredo M. Beranger, a manos de Joaquin Pujante (50 años), de tres disparos en el pecho, abdomen y región glútea, en la calle Pichincha, entre Guido y Suárez (mano derecha, segunda o tercera casa). Falleció en el acto. Luego, el agresor se trasladó al domicilio de Alejandro Tagliani, momento en el cual fue detenido. El F.C.S. había hecho desalojar a Pujante de una casilla ubicada en terrenos del ferrocarril, por influencia de autoridades del club, según el agresor...”.

          Así comenzaba la nota publicada el lunes 30 de marzo de 1923 en el periódico Ultima Hora, editado en la Capital Federal. Beranger estaba por cumplir 30 años.

          Pachucho Beranger iniciaba su segundo mandato como presidente de Temperley. Durante su gestión anterior, el club había obtenido la afiliación a la Asociación Argentina de Foot - Ball (A.A.F.) y comenzó a competir en los campeonatos oficiales de esa liga. Asimismo, logró la cesión de una parte del terreno en el que hoy permanece la institución. Además de desarrollar su actividad laboral en el Poder Judicial, presidía el subcomité de la Unión Cívica Radical en Temperley y estaba llamado a ser el futuro presidente de la A.A.F. 

         El 29 de junio de 1923, se colocó una placa recordativa en el cementerio de la Recoleta, lugar donde descansan sus restos y el 17 de octubre del mismo año el estadio fue bautizado con su nombre. Había nacido el 29 de noviembre de 1893.

Primera página del periódico "Ultima Hora" 30 de marzo de 1932
que anuncia el asesinato de Alfredo Beranger

Una anécdota de pueblo que me toca muy de cerca

Una nena de siete años, jugando en una vereda de la calle Guido, ante la atenta mirada de su padre.

El padre -Rómulo Solari- era un "maestro mayor de obras", de carácter fuerte, algo hosco, muy respetado por ser uno de los primeros vecinos del lugar.

Un hombre viene caminando, por la misma vereda de Guido, desde la calle 25 de Mayo. 
Alto, elegante, de sombrero y mostacho inconfundible.
Se detiene junto a la nena, le acaricia la cabecita y esta se sonroja.
Mientras tanto le dice al padre de la nena con imperativa amabilidad:

- Mumo, ¡vení al club! mirá que hoy nos reunimos todos los muchachos. Estamos entusiasmados con lo bien que anda el equipo.

- Noooo, dejensé de joder ustedes. Nunca van a llegar a nada.


El hombre alto y elegante se ríe, porque sabe que, después de todo, el cascarrabias de Rómulo es un bonachón todo corazón. Le hace un guiño a la nena y sigue su camino, con paso seguro y señorial.

Ese hombre era Alfredo Beranger
Rómulo, mi abuelo
Irma, la nena, mi mamá

Beranger murió un año después. Tal vez por compasión, o por la culpa, Rómulo accedió a formar parte de la comisión directiva de Temperley, por un tiempo. Aunque seguía pensando que nunca iban a llegar a nada…

 



Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri

jueves, 10 de marzo de 2011

1950, el equipo de los botijas

Temperley en su último partido, con ocho jugadores
de su semillero más los que ingresaron. Un bajo 
promedio de edad como los "botijas" del '50.
(foto:Gambeta)


En el actual campeonato el Cele ha presentado equipos compuestos con mayoría de jugadores formados en su cantera. Temperley tuvo un equipo de pibes similar al actual en el año 1950. Los redactores del periódico sureño La Unión los apodaron cariñosamente "los botijas", palabra que en Uruguay es utilizada como sinónimo de niño.

Lo cierto es que los chicos ganaron poco y no sacaron muchos puntos, pero dejaron el recuerdo del fútbol bien jugado en una época en la que el tiempo caminaba en lugar de correr y muchas urgencias del fútbol actual no eran tales. 

Berrud y Tancredi

El campeonato de la Primera B del año 1950 reunió a 12 equipos, tuvo solamente 22 fechas y fue ganado por Lanús. Finalizó a fines de septiembre, por lo tanto la AFA otorgó el permiso para la realización de una competencia -amistosa, pero oficial- denominada "Copa Presidente Perón". 
La campaña de Temperley fue muy opaca y terminó en el penúltimo lugar. Los escasos refuerzos contratados fueron licenciados a la finalización de la primera rueda del  torneo regular y el club encaró el resto de la competencia con mayoría de jugadores de reserva y algunos ascendidos desde la tercera división. Un puñado de ellos venía jugando en primera y otros hicieron sus primeros minutos en ese torneo, tal el caso de José Tancredi.

La formación habitual de Temperley era con Sanseverino; Tancredi y Berrud; Villanueva, Abrodo y Bordón; Del Castillo, Donnola, Gulla, Carrera y Ramón Castro. 
Excepto Donnola, Castro y Del Castillo, el resto provenian de las divisiones inferiores del Club. 
Con respecto a las edades, Donnola y Villanueva, con 28 años, eran los más veteranos.  Del Castillo también estaba entre los mayores. Juan Berrud, a pesar de su calvicie prematura, tenía 22 años y contaba con varios partidos en la zaga celeste. Los demás no superaban los 20 años. 

Sanseverino, Carrera, Villanueva, Bordón, Berrud y Abrodo.
(foto:Walter Carrera)

No salieron campeones ni mucho menos, pero jugaron un fútbol que hoy poco se disfruta, ingenuo a veces, pero con el corazón celeste. 
Terminaron entre los últimos y los números no cerraron. Ocurre que a los pibes no les gusta que les hablen de números, solo quieren jugar a la pelota.

Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri