jueves, 9 de enero de 2025

Grandes partidos del Cele: Italiano 1 Temperley 2

 Magistral actuación de La Máquina del Sur ante un encumbrado rival. 

La síntesis y una editorial del diario La Unión.


       Una escena del partido con la tribuna de Huracán rebosante.

 

 

30 de Mayo de 1964

6º fecha Zona Sur

Campeonato de Primera B

 

SPORTIVO ITALIANO 1 TEMPERLEY 2

Jugado en Huracán (local Italiano)

 

Sp. Italiano : O.Cambiasso; A.Paludi y A.Arena; J.Falchi, M.Degli'Inocenti y O.De Buono; H.Pueblas, A.Sangiovanni, H.Pezzi, O.Ferreño y H.Taborda.     

A.S.: C.Caprino.        D.T. F.Fandiño.

 

Temperley : De Udaeta; Julio y Stringa; Ayude, Civrán y Janín; Diz, Crosta, Omar Diéguez, Cantú y Aníbal Tarabini.     

A.S.: Amoroso.          D.T. A.Arrigó.

 

Goles : 61' y 70' Cantú (T). 64' Pezzi (DI).

Detalle : 16' Diz desvió un penal.

Juez : Guillermo Nimo.      Recaudación: $ 352.800

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Fútbol del mejor

TEMPERLEY: Manojo de méritos

 

Cualquier calificativo que se quiera introducir para tratar de llegar con las palabras a equiparar lo que en fútbol hizo ayer el equipo de Temperley en el partido frente a Deportivo Italiano, quedará deslucido, pues, lo realizado en el campo de Huracán, escapa incluso a los habituales cánones del balompié. Es muy raro volver de la cancha, conciliando todas las opiniones sobre las variaciones y alternativas producidas en un cotejo, para expresar un pensamiento unánime pura y exclusivamente sobre bondades, pues aún en la feliz perfomance de un equipo, existen uno o más “peros”, que dan una sensación de conformidad incompleta. Y ayer ocurrió una de las excepciones, que es doblemente satisfactorio para la legión de adeptos a la casaca celeste, por cuanto vió salir ganancioso a su equipo predilecto, con el adosamiento de haber realizado un fútbol brillante; un fútbol de ese tipo que lleva el aficionado en la visión, pero que generalmente no se concreta en los hechos. Ayer fue pues, un día de regocijo no sólo para Temperley, sino fue una inyección revitalizadora para este popular deporte que últimamente se ha caracterizado por la flojedad en el desempeño general de los equipos participantes en un torneo.

 

En una demostración acabada de suficiencia, y de la que participaron todos por igual, con algunas figuras que superaron el límite de lo sobresaliente, Temperley dio cuenta de un rival difícil a todas luces como lo fue Deportivo Italiano, pues la victoria no se empequeñece por lo que podría suponerse el haber enfrentado a un adversario inferior. Por el contrario, el once “azzurro”, actuó también dentro de la concepción de un fútbol cualitativo, aún cuando acusó algunas fallas defensivas que fueron debidamente explotadas por los ágiles celestes, quienes -sin pretender emplear un término demasiado generoso- escribieron un poema, de esos que saltan a la luz muy de vez en cuando, al trabajar con sentido y eficacia, ordenados por un Crosta trabajador al máximo; el aporte de un Diz que volvió a ser accesible con sus exteriorizaciones de dominio de fútbol; y la franca interpretación de un Cantú, arrollador, impetuoso, ávido de conquistas, en tanto que Diéguez actuó con una superación, no perfecta, pero si en mayor grado de efectivismo que otras tardes, y hasta el mismo Tarabini, pese a haber actuado resentido, se mostró en consonancia con el operativo ofensivo celeste. Una defensa solidísima, donde sorprendió el alicaído Ayude, en una tarde más que feliz para él, mientras que los otros camaradas de línea -especialmente Civrán- supieron apuntalar la faena de la delantera, sin claudicaciones ni errores. Estamos hablando de un equipo que cumplió con su hinchada y con el fútbol, y vemos que no hay lugar para menoscabar a un adversario que respondió con muestras de buena disposición y juego agradable, pero que no pudo llegar a hacer mellas a un equipo inspirado por un extraño don, que funcionó con una sincronización perfecta, haciendo demasiado rápido un partido de esos que debieron extenderse por horas. Tal era el espectáculo y tal lo interpretaron propios y extraños, que en unánime aprobación -más eufórica por cierto en el sector de Temperley- aplaudieron a un vencedor justo, que debió haber tenido un premio más generoso en lo que a cifras se refiere.

 

Temperley, que hizo en la víspera su mejor partido, ha demostrado como y cuanto puede. Expuso que tiene material humano y que las cosas no salieron bien por el fruto de la casualidad, sino por una exteriorización franca de cuanto reditúa el fútbol aplicado con sentido práctico y colectivista. Está pues en los mismos hombres, que supieron manifestar con hechos una labor encomiable, el mantener en futuros compromisos un trabajo paralelo, o muy parecido, pues con esta evidencia se esfumó el fantasma que tendía a calificar con un  interrogante, la verdadera dimensión del elenco celeste.    

 

                                              Fotos: La Unión
 

 

Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri

Departamento Histórico del Club Temperley y Museo Celeste. 

Colaboración de Fernando Esteban. 

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