En la víspera del último partido contra Los Andes se recibió la triste noticia del fallecimiento de José Grasso, quien fue masajista y preparador físico de los primeros equipos celestes durante más de 15 años.
El inefable Josecito, comenzó su extensa carrera en Temperley en 1959. Fueron famosas sus carreras -bidón en mano- a través del campo de juego para auxiliar a un jugador lesionado. La hinchada celeste festejaba su intervención al grito unánime de "¡Jo-se-cito, Jo-se-cito"!  como si se tratara de un gol de Vitulano, un pique de  Corbalán o una apilada de Alejo. 
Su verdadera pasión fue el boxeo y en ese sentido se ganó la admiración de importantes personalidades del deporte de los puños, como Tito Lectoure. Era una verdadera enciclopedia de nombres, fechas y combates. Desafiaba a cualquiera a descubrir la identidad de un pugilista en una foto, con solo ver sus pies. ¡Y siempre acertaba!   
Era querido y respetado por todos los rivales y se convirtió en un auténtico embajador del Club Temperley en todas y cada una de las canchas en las que expuso su profesionalismo y su buen humor. 
Que el próximo domingo, a modo de sincero homenaje, vuelva a retumbar en el Beranger el "¡Jo-se-cito, Jo-se-cito"! de nuestros momentos más gloriosos
 Francisco Escos y José Grasso
 Josecito junto a Eduardo Janín
 Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri


 



 
 
 
